En el Centro de Rehabilitación Social
(CRS) Sierra Centro Sur Turi en Cuenca, la bisutería es parte de las
áreas laborales que emprenden las mujeres del pabellón femenino, que con manos
hábiles mezclan el talento y conocimiento ancestral que les fue heredado por
sus antepasados.
Martha L. dice: “Esto de bordar y crear
diferentes cosas con mullos y piedras es de paciencia, se vuelve un
rompecabezas que luego da como resultado obras hermosas. Las
flores, los llaveros, tiras para prendas de vestir y un sinfín de
tendencias en bisutería se pueden lograr con una pizca de creatividad y
esfuerzo”.
Las 22 internas que hoy en día se
dedican a esta actividad afirman haber aprendido este arte por herencia de sus
madres o abuelas; culturas de Otavalo, de Morona Santiago y de la capital
azuaya son solo algunos ejemplos que se juntan en el CRS Turi para encaminar su
rehabilitación, su plan de vida para el futuro.
María T. dice
que los llaveros llegan a costar un dólar con 50 centavos, más allá
de los materiales está el empeño y mano de obra que implica ensartar
uno a uno los mullos con los que forman las distintas
obras. Entre los planes de María está el dar un curso de bisutería
Shuar para sus compañeras, es oriunda de la provincia de Morona Santiago,
expresa que cada pieza guarda un significado especial que ahora desea compartir
con las demás.
En otro de los grupos se
hacen los tradicionales llaveros en forma de perros, otros son
lagartijas, algunos reptiles y hasta aparece la famosa pantera rosa. Las
mujeres privadas de libertad de este pabellón cuidan el material piedra a
piedra para que nada se desperdicie, hoy en día valoran el esfuerzo que guardan
las distintas propuestas de bisutería artesanal y lo ven con una fuente de
trabajo a futuro.
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